Hay secretos que no pueden guardarse durante mucho tiempo. Sencillamente porque es injusto: hay cosas que todo el mundo tiene derecho a saber. Durante un lustro, caroline han sido un enigma guardado bajo llave en el circuito londinense de nuevas bandas, ese ecosistema siempre fértil pero también hostil en el que los proyectos nacen, crecen, se reproducen y mueren en lo que dura un parpadeo. Todo va rápido, pero la historia de caroline se ha cocido a fuego lento desde que Jasper Llewellyn, Mike O’Malley y Casper Hughes comenzaran a buscar su identidad en sesiones de improvisación a principios de 2017. Después llegarían meses y meses de conciertos privados, la incorporación de varios miembros hasta convertirse en un octeto y, finalmente, su primer concierto como caroline en 2018. Para entonces, su secreto ya corría de boca en boca: sonaban como Talk Talk, The Books, Panda Bear, Deerhoof o Sufjan Stevens y, al mismo tiempo, no sonaban como nadie más.

Han tenido que pasar casi cuatro años más para que al fin estemos ante el álbum de debut de caroline, que llegará el próximo 25 de febrero para ponérselo muy difícil a quienes necesitan etiquetar la música que escuchan. ¿Lo suyo es post-rock orquestal, neofolk, clasicismo llegado del futuro? Sea como sea, podremos disfrutarlo de primera mano en sus primeras actuaciones en España: el 3 de mayo actuarán en Barcelona (Razzmatazz 3) y el 4 de mayo en Madrid (Moby Dick). Que siga corriéndose la voz.