Michael Amato, alias The Hacker, puede presumir de llevar dos décadas en primera línea de la escena electrónica mundial sin haber traicionado su ideario y estética musicales. Junto a Miss Kittin inventó aquello del electroclash con su mega hit de 1998 Frank Sinatra, incluido en su álbum de debut del 2001, el mítico First Album, al que seguiría Two, nada menos que ocho años más tarde. En 2009 funda su propio sello Zone junto a Alexander Reynaud (Good Life), dirigido junto a Mike Levy, conocido como Gesaffelstein.  Zone se ha convertido en uno de los sellos de techno más interesantes y personales de estos últimos años, con una estética darky y retro muy marcada. Han editado  referencias de artistas como los propios The Hacker y Gesaffelstein, Arnaud Rebotini (Black Strobe), Ali Renault o Maelstrom. En 2017 publicó su más reciente álbum Le Théâtre Des Opérations en el prestigioso sello de reediciones  Dark Entries. Ese mismo año publicó un EP en Bordello A Parigi, y recientemente uno nuevo junto a Jensen Interceptor en International Chrome.

El autraliano Kris Baha es uno de los personajes más escurridizos y activos de la escena electrónica más underground. Su estilo, una mezcla de música industrial, post-punk y dark disco, la puedes encontrar en algunos de los sellos clave de esta escena, como Pinkman, Cocktail d’Amore, Bahnsteig o el suyo propio, Power Station .  Junto al paisano Dreems forma el dúo Die Orangen, el proyecto con el que se diría que han inventado todo un nuevo género de música electrónica, el “krautback”. Ya que su sonido es algo así como una puesta al día de los sonidos clásicos del krautrock, una nueva psicodélia electrónica que vienen grabando en el sello israelí Malka Tuti.